Te olvida

Te escribo desde el exilio de tus brazos para contarte que he conocido a alguien. Llegó de imprevisto y de un abrazo juntó de nuevo todas mis partes rotas.

A veces tiendo a comparar sus besos con los tuyos. No hay palabras con las que pueda explicarte la diferencia, es como comparar el sabor de una fresa con el de la pólvora.

En su mirada no hay café, no me quita el sueño como tú solías hacer. Se contenta con hacerme la vida más fácil, con abrazarme cuando ya estoy dormido.

En su mirada hay cielo, un cielo tan azul, tan claro, tan sereno, que podría volar el resto de mi vida y no cansarme.

Déjame decirte que también me da guerra, pero de otra variedad. Sus balas no me rajan la piel.

No hay reglas cuando quiero besar sus labios. No importa si saben a miel, a lágrimas o al aroma de mi último cigarrillo.

Me ofrece sus hombros cuando los necesito. Y sus manos cuando tengo frío.
Me ofrece. Se ofrece. Y me hace feliz.




Te olvida,
Javier