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Me había perdido entre aquél último beso y el vacío que quedó tras tu partida. Dicen que solo hay un paso entre querer algo y conseguirlo; este es mi primer paso para encontrarme.

Hoy digo adiós, pero no a ti, digo adiós a la parte que habita en mí desde que llegaste. Hoy me ataré los cordones y saldré a correr, pero esta vez no para huir, sino para alcanzarme. No será fácil, puesto que me llevo a mí mismo un año de ventaja.

Y para terminar, me veo obligado a citar a Pizarnik para resumir en una sola cita lo que llevo sintiendo estos últimos doscientos ochenta y tres días, «Como decir con palabras de este mundo que partió de mí un barco llevándome»

1 comentario:

  1. Pizarnik es una escritora fantástica, pero demasiado trágica. Piensa que un día, entre Seconal y alcohol, escribió su último verso en una pizarra. Siempre me llamó la atención aquella manera de despedirse. A lo mejor era el gesto de contestar a la solemnidad de la muerte con algo efímero. Tiza en lugar de tinta, como las abdicaciones de los emperadores modernos que, por si acaso, se guardaban una goma de borrar en el bolsillo. Me enrollo. Sólo escribí este texto para decirte que Pizarnik es fantástica, pero que tú te mereces cosas más divertidas.

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